1 ago 2011

Una dieta vegetariana balanceada

Lic. Evelyn de Bejarano, Nutricionista clínica / laprensagrafica.com



Cada día hay más personas que deciden ser vegetarianas por diversos motivos, buscando una mejor salud, por razones religiosas y últimamente por no colaborar con el sufrimiento de los animales, también puede ser por motivos ecológicos o filosóficos.

Las dietas vegetarianas suelen incluir frutas, verduras, cereales y panes; a veces incluyen grano entero, lentejas, nueces y mantequilla de maní, aceites vegetales, azúcar morena y jarabe. Algunas personas incluyen alimentos menos conocidos, como las algas.

Los vegetarianos estrictos evitan todo alimento de origen animal. Los lacto vegetarianos comen todo tipo de lácteos pero no consumen carne, aves, pescado ni huevos.

Los vegetarianos ovo lácticos sí incluyen los huevos además de los lácteos, pero ningún otro alimento de origen animal. Se sabe que la vitamina B12 se obtiene en forma natural solo en los alimentos de origen animal, por este motivo se recomienda que la persona que sigue el vegetarianismo estricto consuma cereales que contengan vitamina B12 o algún suplemento alimenticio que lo contenga.

La principal fuente de calcio son los lácteos por lo que el vegetariano estricto debe consumir diariamente abundantes vegetales de color verde oscuro, además de agregar soya, almendras, brócoli, tortillas hechas con cal.

De igual manera las embarazadas y los niños de corta edad han de incluir una fuente de vitamina D en su alimentación, un ejemplo sería la leche homogenizada y fortificada con vitamina A y D. Esta también se encuentra en el germen de trigo, aceite vegetal, leche entera y margarina, pero la margarina no es recomendable porque es una grasa saturada.

La riboflavina o vitamina B2, que generalmente la adquiere el organismo a través de la leche y la carne, la puede encontrar el vegetariano en la levadura que ha sido sometida a cocción, gérmenes de cereales, hojas verdes y yema de huevo. Esta vitamina es muy importante que se consuma, su carencia se traduce en trastornos gastrointestinales, lesiones oculares y atrofia de las papilas de la lengua.

Si en la dieta vegetariana figuran leche y huevos no es difícil obtener una cantidad adecuada de proteínas las cuales son muy necesarias para el cuerpo humano porque tienen una función estructural, quiere decir que ayuda a la estructura de nuestro organismo, ayuda al funcionamiento de todos los órganos, sin proteína no hay vida.

La soya y los garbanzos proporcionan proteína de buena calidad, casi comparables a las fuentes animales. Al combinar varios tipos de fuentes vegetales; por ejemplo al combinar los guisantes, frijoles con maíz o arroz o al combinar cacahuates o mantequilla de maní con trigo, se logra una mejor calidad de proteína que utilizando leguminosas o cereales solos.

Agregue carne de soya texturizada que la encuentra en los supermercados y es de bajo precio. Muchas veces cuando las personas escogen este estilo de alimentación tienden a consumir demasiada grasa y azúcares ingresando a su alimentación exceso de postres, bebidas azucaradas o frituras, esto traerá otro problema de salud incluyendo exceso de peso.

Lo mejor sería que buscara ayuda profesional para que su alimentación sea balanceada, pero el nutricionista debe respetar las restricciones alimentarias impuestas por estos regímenes y se debe guiar al paciente a que escoja lo mejor dentro de las limitaciones, en otras palabras el nutricionista debe trabajar según el sistema de valores de su paciente. La invitación es a que visite un especialista en la nutrición para mejor asesoría.

No solo de verduras y frutas se alimenta un vegetariano


Darwin Herrera/ eluniverso.com

Unos por salud. Otros por ética. Algunos por curiosidad. Son varios los motivos, pero los vegetarianos solo buscan mantener una vida saludable y de respeto con la naturaleza.

El vegetarianismo tiene sus inicios en el siglo XVIII, pero el término vegetariano se impuso en 1842 en Inglaterra. Se originó como una práctica espiritual en Asia, donde el budismo e hinduismo predicaban el respeto a la vida de los animales.

Una alimentación vegetariana es sinónimo de salud, asegura la máster en nutrición y dietética Silvia Alejandro, quien señala que, según estudios, existe una relación positiva entre este tipo de dieta y la prevención de enfermedades.

Agrega que no es fácil que una persona acostumbrada a consumir carnes sea vegetariana. Sugiere que el cambio debe ser gradual, porque debe adaptar su organismo a un 70% de alimentos crudos y 30% cocidos.

Este tipo de dieta puede ser recomendada tanto en niños como en adultos y personas de la tercera edad, pero debe estar bien balanceada, sostiene Martha Ríos, de Dieta Zona, porque un cambio brusco puede generar desequilibrios hormonales.

Pero otros especialistas consideran que la alimentación vegetariana no provee todos los nutrientes fundamentales que necesita una persona, como el hierro y vitaminas, lo que puede provocar osteoporosis, anemia y retrasos de crecimiento en niños, o pérdida de peso.

Los fréjoles, garbanzos, trigo, lenteja contienen proteínas pero no son de alto valor biológico. Solo la soya es totalmente completa, sostiene Ríos.

Mientras que para Alejandro, las dietas vegetarianas equilibradas proporcionan una excelente nutrición desde la etapa del nacimiento hasta la adolescencia, pero agrega que existen momentos biológicos en los que los vegetarianos deben tener cuidado por una mayor demanda de nutrientes.

Sin embargo, al contrario de lo que la mayoría de personas piensa, una alimentación vegetariana no se basa solo en verduras, frutas, granos y cereales, también hay grupos que consumen pescados, huevos, productos lácteos y sus derivados.

A los vegetarianos se los clasifica según su tipo de alimentación o dieta. Los tradicionales, por ejemplo, excluyen todo tipo de carnes, pero no lo hacen por moda sino por situaciones de salud, éticas, culturales y religiosas, dice la máster Alejandro.

Los veganos son una clase extrema, porque se abstienen de todo tipo de alimentos y productos de origen animal.

Los lactovegetarianos incluyen en su dieta, además de los vegetales, productos lácteos como leche, quesos, yogur, entre otros derivados. Aquellos que siguen este tipo de alimentación pero consumen también huevos se denominan ovolactovegetarianos.

En cambio, los crudívoros no cocinan o calientan sus comidas, porque prefieren ingerir los vegetales y frutas en su estado natural, es decir totalmente crudos, para de esta manera preservar todos sus nutrientes, manifiesta Ríos.

Al restar alimentos de animales, proteínicos o derivados, los que adoptan la alimentación vegetariana los sustituyen con las leguminosas, por su excelente fuente de proteínas; y con frutos secos, debido a su aporte en ácidos grasos insaturados. Una mezcla recomendable, sostiene Ríos, son los cereales y leguminosas, porque sus proteínas se complementan de manera extraordinaria.

Sugiere incluir siempre en las comidas, en especial en las grandes, aceite de oliva, que previene la obesidad y enfermedades cardiovasculares.

Las especialistas recomiendan snacks vegetarianos como las manzanas, rodajas de queso, una taza de avena, almendras, yogur sin grasa, leche de soya, tortillas de harinas con tofú (un queso de soya).

Incluso se puede hacer vegetariana a una mascota, señala Alejandro, porque el organismo de los animales trabaja con los mismos principios biológicos que el humano, pero Ríos considera que cambiarles su alimentación puede provocar problemas hormonales.

En la sociedad se margina a los vegetarianos porque siempre se considera nuestra cultura omnívora (que prueba tanto carnes como vegetales), sostiene Alejandro, lo que limita la integración especialmente en reuniones de trabajo, sociales, entre otras, añade.

Pero probablemente es el vegetariano el que siente pena de ver a sus familiares y amigos consumir animales, recalca Ríos, así como añade que, aunque no todos, tampoco toman licores y ni fuman.

Además, la oferta de locales de venta de comida rápida es superior a los de comida vegetariana, dice Alejandro.

Otros

Granivorianos: consumen alimentos en grano.
Lacto-cerelianos: se alimentan de productos lácteos y cereales.
Frutarianos: su dieta se basa en frutas, pepinos y aguacate.
Eubióticos: no asocian alimentos proteicos con carbohidratos.
Semivegetarianos: comen menos carne que el común de la gente.
Pescetarianos: no comen carne, leche o huevo, pero sí peces.
No carnívoro: no comen carnes. No consideran el pescado o mariscos como carnes, y tampoco las grasas o aceites animales como productos similares.

Vegetarianismo, la vida sin carne

Lluvia Rojo, vegetariana.

Cuando la forma de comer se convierte en una forma de vivir

FRANCISCO SAN ROMÁN / cadenaser.com

Hemos hablado con una actriz que no come carne, el representante de la UVE (Unión Vegetariana Española), la propietaria de un restaurante vegetariano, el presidente de la SEDCA (Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación) y una periodista, para tratar de entender a qué se enfrentan los veganos y vegetarianos.

"La carne no es imprescindible"

Ser vegetariano no tiene por qué suponer una carencia de nutrientes. "Las proteínas pueden obtenerse de la leche y los huevos. La no ingesta de carne no tiene por qué suponer ningún problema", afirma Jesús Román, presidente de la SEDCA. Eso mismo sostiene David Román, presidente de la UVE: "Una dieta vegetariana equilibrada es no sólo adecuada sino más saludable que una alimentación omnívora" que se basa en el informe de la ADA(Asociación Americana de Dietética) para fundamentar su postura. Señala, además, que muchos médicos no recomiendan las dietas vegetarianas por falta de información: "Las arraigadas costumbres y la escasa formación en nutrición de algunos médicos hacen que no aconsejen este tipo de dietas".

Distinto es el caso de los veganos (que no consumen ni leche ni huevos): "Es posible realizar esta dieta pero son necesarios conocimientos amplios en nutrición. Los principales problemas a los que se enfrentan son la falta de hierro y de vitamina B12", explica Jesús Román en declaraciones a Cadenaser.com.

"Ser vegano resulta muy difícil"

La actriz Lluvia Rojo, Cuéntame y cantante del grupo No Band for Lluvia, se hizo vegetariana a los 15 años, en Nueva York. "En Estados Unidos y Alemania hay muchas personas vegetarianas en las que verse reflejadas". Afirma que lo hizo por cuestiones medioambientales y por no estar de acuerdo con las formas de explotación intensiva en agricultura, ganadería y pesca. Durante un tiempo fue vegana, tomando un suplemento vitamínico, pero Rojo evolucionó hacia el vegetarianismo tiempo después. "Fui vegana durante 3 años pero me resultó muy difícil", explica la actriz. "Lo llegas a pasar mal y, en ocasiones, no encuentras qué comer". Actualmente toma pescado, pero sólo algunos.

Para Ruth Toledano, periodista de El País y que ha escrito sobre el tema, ser vegano no es tan difícil ya que "sólo es un cambio de hábitos". Apunta que "siempre hay alguna alternativa en cualquier restaurante" y que cuando cocina sólo cambia los ingredientes de origen animal, "por ejemplo, sustituyo la carne por tofu, seitán o legumbres".

"Por cada animal, doce personas"

"Con los recursos que se destinan para criar un animal, podría alimentarse a más de una decena de personas", señala el representante de la Unión Vegetariana Española. Y es que, afirma, "ya no son sólo razones de salud o ética con los animales las que impulsan a la gente a dar este paso, sino que cada vez tienen más fuerza las razones ambientales. Los productos cárnicos conllevan mayor contaminación, más gasto de recursos y favorecen el cambio climático". En el mismo sentido, Toledano afirma que ser vegano no se refiere sólo a la alimentación sino a cualquier actividad que vulnere el respeto de los animales, como la vestimenta. "Concebimos a los animales como individuos que sienten y sufren, no como meros objetos" Denuncia además el tratamiento que se da a los animales en las granjas rescatando una frase de la escritora Marguerite Yourcenar: "Me niego a ingerir agonías".

"Antes sólo venían vegetarianos por militancia"

Ser vegetariano en España suele resultar difícil. Rojo nos explica que aunque no pasa hambre, "en los restaurantes hay poca variedad y siempre acabas comiendo lo mismo. Aquí el problema es de volumen, en España hay pocos vegetarianos".

Sin embargo, cada vez hay más establecimientos vegetarianos. Un buen ejemplo de esta proliferación es el restaurante 'Yerbabuena' (C/ Bordadores, 3, Madrid). Su propietaria apunta a que la clientela de estos establecimientos se ha diversificado en los últimos años: "Especialmente acuden jóvenes, y turistas de países anglosajones", ha señalado.

En concreto, uno de los sectores que más crece es el de los veganos: "La oferta de estos platos ha crecido mucho. Al principio sólo ofrecíamos un plato en carta y un postre vegano, ahora el menú diario cuenta siempre con una alternativa vegana".

"Las etiquetas podrían decir mucho más"

A Lluvia Rojo le preocupa no sólo la calidad del producto, también su conservación y transporte. "Las etiquetas españolas podrían decir mucho más que lo que dicen". De hecho, en casa opta por laagricultura ecológica que no tiene que ser necesariamente más cara si se sabe dónde comprar. "Yo formo parte de una cooperativa de mi barrio dónde los alimentos ecológicos no son más caros que los habituales".

Para la dueña del 'Yerbabuena', resulta difícil mantener una carta con vegetales ecológicos porque no hay suficiente oferta. "Los proveedores de ecológicos sólo te garantizan patatas, zanahorias y cebollas. Todos los demás son de temporada. Con las legumbres, cereales, vino y huevos no hay problema".

Por otro lado, no está probado que los alimentos ecológicos tengan más nutrientes que los ordinarios. Jesús Román afirma que lo que se garantiza con los alimentos ecológicos es la no exposición a contaminantes, pero no está claro que sean más nutritivos. "Es necesario investigar más en este área",afirma.

El señor de las bestias


Morrissey ha hecho su mejor carrera como letrista una vez separados The Smiths. Aunque cuando más se luce es cuando no canta

Morrissey ha hecho su mejor carrera como letrista una vez separadosThe Smiths. Aunque cuando más se luce es cuando no canta. El 24 de julio dio un concierto en Varsovia y, según «New Musical Express», antes de atacar «Meat is Murder» dijo a la audiencia: «Vivimos en un mundo criminal, como nos ha demostrado lo ocurrido en Noruega con 97 muertos. Pero eso no es nada comparado con lo que ocurre en McDonalds y Kentucky Fried Chicken cada día». Si hubiera comparado lo de Noruega con lo de Somalia, con todas esas personas de vida animal, habría sacudido conciencias y quedado estupendamente. Pero no es su estilo. El músico ultra vegetariano es más de defender pollos que humanos (a veces sería lo más razonable).

Cualquiera que haya visto «Super Size Me» sabe de la crueldad con que se trata a los bichos para hacer Nuggets. También sabemos de la crueldad verbal de Morrisey con quien no ama a los animales. Antes era admirador de Bryan Ferry pero como el hijo de Ferry es un activista pro caza se ha disculpado por haber sido fan de Roxy Music. Y hace dos años abandonó el escenario del festival de Coachella al llegarle olor a carne asada. Antes de escribir la obvia burrada de Auschwitz voy a recordar a ese profesor de Derecho Romano que llegó un día a clase y dijo que salieran las mujeres, que se olía a menstruación. Morrisey no iba a pedir que se fueran las costillas. Con tan mal olor, el festival belga Lokerse Feesten, donde se comen salchichas de carne de caballo entre otras delicias cárnicas, ha instaurado el 4 agosto día vegetariano, justo la jornada en que actúa Morrissey. Los otros nueve el personal puede hincharse a animales muertos.

A veces Morrisey carga contra personas sin que haya animales involucrados. Contra la Reina de Inglaterra: «….Para obtener una amplia visión histórica de lo que la Reina es y cómo “gobierna”, examínese a Gadaffi o Mubarak, y a ver si se puede detectar cualquier diferencia. No es posible». Ya decía George Orwell que todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros.

16 may 2011

430 razones para abandonar la carne... y el pescado

Jonatahn Safran, escritor de éxito precoz, promociona en España, "Comer animales"

Por Marcos Castro

Por ir contra el tópico, os diremos que aunque Jonathan Safran es vegetariano puede presumir de cierta barriguita. En Estados Unidos sus novelas se han despachado por cientos de miles, en Europa se le ha conocido por un ensayo, a lo Michael Moore o "Super Size Me", pero con mayores dosis de contención, sobre los nocivos efectos de atiborrarnos de carne para el planeta, para los animales y para nosotros mismos: "Comer animales" (Seix Barral). Hay más de 430 razones en el libro que las que alude el título, pero éste es su abultado número de páginas, 70 de ellas hacen referencia a la documentación revisada. Además hizo un gira a lo Madonna, pero por granjas y mataderos de su país para ver cómo era el trato a sus habitantes. No pretende imponer el vegetarianismo, al que él llego durante la investigación, sino que tomemos conciencia de que la cantidad de carne que ingerimos es excesiva. En su receta para recuperar el equilibrio global bastaría con que restringir el consumo a un par de veces por semana. ¿Impensable en un país enamorado del cerdo como España?

Os aportamos algunos de los motivos más contundentes que aporta este tocho anticárnico.

1. El número de antibióticos que consumen los animales de granja al año es siete veces superior al de los humanos, al menos en EE UU, y la mayor parte no se emplea para uso terapeútico.

2. El 98% de la carne que se consume en su país es origen industrial, en Alemania el 96%", en España no estamos demasiado por debajo de estas cifras.

4. "Hemos dejado que las granjas industriales reemplacen la esencia de las granjas por las mismas razones que nuestras culturas han relegado a las minorías a ciudadanos de segunda clase y han mantenido a las mujeres bajo el poder de los hombres. Tratamos así a los animales porque podemos y queremos hacerlo".

5. ¿Y cómo los tratamos? Valga este ejemplo de uno de los mayores productores porcinos,no apto para los que se tapan varias veces los ojos en el transcurso del Telediario: "Se grabó a empleados lanzando, apaleando y pataleando cerdos y los depellejaban mientras estaban inconscientes. Algunos apagaban cigarrillos en sus cuerpos, los apaleaban con rastrillos, también aplicaban descargas eléctricas a los oídos y a los morros y los arrojaban a los fosos de estiércol para que se ahogaran". En el principal proveedor de KFC, se descubrió que los empleados, de manera regular, arrancaban las cabezas a las aves cuando estaban plenamente conscientes y orinaban en las zonas comunes, incluida la cinta trasportadora.

6. ¿Y el pescado? "Las seis fuentes de sufrimiento del salmón de piscifactoría son: 1) un agua tan turbia que les dificulta la respiración. 2) tal cantidad de animales em el agua que éstos empiezan a tener actitudes caníbales. 3) una manipulación del entorno tan invasiva que al cabo de un día empiezan a advertirse rasgos fisiológicos de estrés". 4) Molestias de los trabajadores y otros animales. 5) Deficiencias nutricionales que debilitan el sistema inmunitario. 6) La incapacidad de establecer una jerarquía social estable, lo que resulta en más canibalismo.

7. "200 dólares no es una hipótesis, no es un número imaginario; es lo que verdaderamente cuesta una hamburguesa". Y la factura no la paga ni McDonalds, ni Burguer King, sino todos nosotros.

8. Debes dejarlo, especialmente, si eres norteamericano, porque si representáramos al mundo en una mesa global a la que se sentaran nueve comensales en función de su población: dos serían chinos, otro par indios, otro que concentraría Asia del Norte, del Sur y Central, la sexta representaría al Sudeste Asiático y Oceanía, la séptima al África subsahariana, la octava al resto de África y Oriente Próximo y la novena a Europa. Estados Unidos no tendría derecho a medio asiento; sin embargo si el criterio fuera la cantidad de comida ingerida necesitaría entre dos y tres.

Que te aproveche el próximo solomillo.

Comer animales
De Jonathan Safran. Editorial Seix Barral. Ensayo. 430 páginas.


11 may 2011

Jonathan Safran Foer: 'Al vegetarianismo le falta sentido del humor'

Jonathan Safran Foer, ayer en Madrid. | Javier Barbancho

Jonathan Safran Foer, ayer en Madrid. | Javier Barbancho

  • El autor de 'Todo está iluminado' presenta su primer ensayo, 'Comer animales'
  • Jonathan Safran Foer comía hamburguesas; no tenía perro en casa ni le tentaba la idea. Escribía novelas como 'Todo está iluminado' o 'Tan fuerte, tan cerca'. Hasta que tuvo a su primer hijo, le empezó a dar vueltas a la cuestión de la comida y se embarcó en una investigación sobre el origen de los alimentos. El resultado es 'Comer animales' (Seix Barral), una denuncia de las malas costumbres de las empresas del ramo. Hoy, Safran Foer no come carne ni pescado, tiene perro y reconoce que, después de terminar su primer ensayo, tiene "un enorme apetito de ficción". El diario EL MUNDO publica hoy una entrevista con Foer. Estas son algunas de sus declaraciones.
  • El placer. "Cuestionarnos nuestros placeres no nos convierte en unos predicadores insoportables. Lo hacemos todos, todos los días. Por ejemplo, con el sexo. Estamos de acuerdo en que el deseo sexual es más fuerte que el deseo de comer carne, ¿verdad? Sin embargo, no hacemos lo primero que se nos ocurre cuando pasa una chica; es una cuestión de civismo. Con la comida, no ocurre lo mismo".

    Cosas concretas. "En mi caso, el hecho de ser vegetariano es el resultado de una serie de decisiones concretas a conflictos concretos que tienen que ver con la manera en la que vivimos. Y estaría bien que eso se entendiera.

    El dolor. "Sabemos muy poco de lo que es el dolor, más allá de nuestra experiencia personal. Lo único cierto que conocemos es la sensación de pillarnos los dedos con una puerta. La ciencia puede intentar explicar el sufrimiento en términos fisiológicos, pero, en realidad, nadie sabe cómo le duele al otro. ¿Sienten dolor los animales? Hay argumentos para todos. Hay estudios que dicen que sí y otros que dicen que no, igual que también existió la convicción de que los negros, por ejemplo, no sufrían".

    El humor. "Al vegetarianismo le ha faltado siempre un poco de sentido del humor para conectar. Le han faltado muchas otras cosas. Delicadeza, por ejemplo".

    Luis Alemany | Madrid para www.elmundo.es

9 may 2011

Las Nuevas Vegetarianas


Estas 4 mujeres se alejaron de la carne por diferentes razones y dicen que hacerlo cambió su vida para bien.

Poco después de dejar la carne en 1995, Jessica Lindsey tomó un viaje a través de los Estados Unidos que le dio una muestra de lo que iba a ser comer fuera . "El vegetarianismo estaba todavía al margen de muchos y casi nadie fuera de California sabía qué significaba," dice ella. "En un restaurante, la camarera me dijo que las sopas eran vegetarianas. Dijo que el caldo era de carne de res, y que contenía trozos de pollo, pero nada de carne! ".

Hoy Lindsey rara vez tiene tales encuentros extraños. Los vegetarianos son cada vez más habituales. Alrededor de 6 hasta 8 millones de estadounidenses son vegetarianos, según el Vegetarian Resource Group, y eran un medio millón a 2 millones en 1994. Se han hecho más inteligentes sobre sus opciones para comer.

Hace una generación, las comidas vegetarianas eran hechas alrededor del pan de nuez o guisos de arroz integral sin inspiración. Hoy en día, muchos vegetarianos se consideran amantes de la comida y saborean el desafío de encontrar recetas de vegetales frescos como parte de un segundo plato delicioso, con sabor a hierbas y especias.

Más de 50 libros de cocina vegana se anuncian para ser publicados este año. "Las verduras se están convirtiendo en estrellas culinarias de rock", dice Amanda Cohen, propietaria del restaurante Dirt Candy en Nueva York.

Hay muchos beneficios potenciales para comer vegetariano, según estas 4 mujeres:

  • Susan Kayne (44 años) , de Hudson, NY Casada (una hija adulta) Vegetariana: Desde hace 10 años; vegana hace 6 meses

En esta época del año, como todas las verduras que crecen en mi jardín orgánico: tomates grandes, calabacín, calabazas, zanahorias, la albahaca, el perejil. Claro, es más barato y delicioso que comprados en la tienda verduras, pero que eso sólo explica en parte por qué estoy por ahí a las 7:00 AM. El crecimiento de su propia comida es mucho mejor para su salud y para el medio ambiente.

Ha sido un proceso gradual para mí. Dejé hace diez años la carne, estrictamente por razones de salud. Yo estaba preocupada por las hormonas utilizadas en la carne. Entonces, hace tres o cuatro años, mi hija Raquel, ahora veintiún años, comenzó a darme libros sobre el medio ambiente. Un par de puntos realmente tuvo un impacto en mí, como el hecho de que la producción de carne requiere de hasta cincuenta veces más combustibles fósiles de vegetales en crecimiento, o de que tiene cuatro veces más tierras de cultivo para alimentar a un comedor de carne durante un año. Gracias a esos libros, eliminé los huevos y la leche de mi dieta.

Ahora estoy puramente vegetariana, y comer más productos de lo que jamás imaginó posible. Voy a saltear un lote grande de verduras para la semana. Puedo congelar verduras directamente de mi jardín hacer mi propia salsa. El año pasado incluso me fui a comprar una máquina de cortar en espiral que me ayuda a hacer líneas de fideos. Cuando se mezcla con tomates, ajo, aceite de oliva, y un poco de levadura nutricional, es como el cielo en un plato.

El beneficio: Antes de que comenzaron a empacar mi dieta con frutas y verduras, que solía subir de peso fácilmente. Ahora mi escala cada vez se lee 135 libras (mido 5 pies y 9 pulgadas), y, para mi sorpresa, la forma de mi cuerpo ha cambiado. No tengo la grasa del vientre y las caderas y las piernas parecen más delgadas.

Pero yo estoy más emocionada con mi nivel de energía mejorada. En el pasado, cuando comía mucha carne necesitaba ir a dormir después de una comida. Ahora mi nivel de energía es constante. Nunca me siento agotada, ni siquiera después de correr un par de kilómetros por el barrio.

  • Jessica Lindsey (45 años), San Francisco, Casada, un hijo. Vegetariana: Desde hace 16 años

Mi padre rara vez se comió una comida saludable. Él siempre tuvo una gran hamburguesa o una pila de alitas de pollo picantes. Sin embargo, cuando recibí la llamada de que había fallecido repentinamente de un ataque al corazón a la edad de cincuenta y cuatro (yo tenía veinticuatro años), no me lo podía creer. Yo sabía que comer una gran cantidad de grasa saturada de problemas cardíacos causados, pero nunca en el blanco antes, a pesar de que mis dos abuelos también habían muerto de ataques al corazón.

En las semanas después del funeral de mi padre, empecé a pensar en mi propia dieta. Las carnes que amaba los perros-calientes, salami, tocino, fueron algunos de los poco saludables que usted puede comprar. Me los coma con un lado de los granos de almidón no-todo, o bien-y me tomó alrededor de cualquier verdura. En serio, me comía como un período de tres años de edad. Pensé que estaba condenada a no ser que hice algo drástico.

Fue entonces cuando decidí renunciar a la carne de cerdo. Al principio, lo hice todo mal, en sustitución de mis perros calientes con la pasta, mi tocino con panecillos, y mi salami con más pasta. Los amigos bromeaban que yo era un "starchatarian." Pero después que mi hija Sasha nació en 2003, me comprometió a aprender a comer verduras junto con ella. Las setas se convirtió en un premio favorito. En un primer momento, dejaba de comer la pizza, pero luego me empecé a comer portobellos. Mmmm. También he descubierto que la coliflor frita y los pimientos en aceite de oliva y el ajo hace maravillas el sabor. Me hace sentir bien ahora, cuando Sasha siempre me pregunta: "¿Puedo poner más zanahorias, mamá?"

El beneficio: Aunque mi nivel de colesterol no es tan bajo como me gustaría que sea (¡genes malditos), mi médico jura que si hubiera mantenido mi dieta como antes, yo sería una eterna recetada a medicamentos y candidata ideal a un ataque cardíaco temprano. Ser vegetariana también me ayuda a mantener mi peso estable. Estoy de 5 pies y seis pulgadas y 132 libras, casi lo mismo que hace veinte años.

  • Marsha Godzinski Hargreaves (57 años), Savannah, GA. Casada, sin hijos. Vegana hace un año

Desde la infancia, he sido un amante de los animales. Pero lo que fue hace sólo cuatro años que finalmente hice la conexión entre lo que había en mi corazón y lo que estaba pasando en mi boca. No hubo ningún evento específico que llevó a la misma. Sólo me di cuenta de que si me interesaba por los animales tanto como he dicho, debía arrancar la carne, cerdo y aves de corral de mi dieta.

Luego, en enero de 2010, me involucré en el movimiento de derechos de los animales. He participado en una protesta frente a un circo, y vi un video de un bebé elefante que un entrenador va a quitar a su madre y ella está atada al suelo. Ella estaba temblando. Me molesté mucho, que me fui a casa esa noche y rechacé todos los productos lácteos, pescado y huevos en la nevera. No tenía idea de qué comer. Viví por tres meses con sólo cenas veganas congeladas y barras de proteína.

Mi esposo, Jim, apoya de mi decisión, pero en un primer momento él no quería saber nada de mis nuevos hábitos alimenticios . Se cocina su propia comida, teníamos cada uno una tabla de cortar, utensilios y platos. Luego, a medida que aprendí más acerca de las dietas veganas a través de libros de cocina y blogs, he dejado de comprar los productos transformados y empecé a cocinar de nuevo. Una de las recetas veganas que primero que intenté fue sopa de cebada, lentejas, Jim, que siempre ha amado lentejas, terminó las sobras antes de que yo pudiera llegar a ellas. Los dos hemos disfrutado de mi humus casero y un plato de pasta de trigo entero con col, guisantes y frijoles. Curiosamente, terminó aceptando y está tratando de llegar a seguir mi dieta, ha mostrado mucho más interés.

El beneficio: el plazo de tres meses a partir de la adopción de una dieta vegana, mi nivel de colesterol total se desplomó cien puntos. Mi médico me quitó el medicamento para la presión arterial alrededor de seis meses porque no cree que lo necesitemos más y cada vez que veo mi presión arterial, está dentro del rango normal.

  • Laura Wooster Baldwin (35 años), Arlington, VA. Casada, sin hijos. Vegana desde hace 2 años y medio
Un año después de casarme, mi peso aumentó desde 120 hasta 135 libras, y las quince libras hicieron una gran diferencia en mis cinco pies y tres pulgadas. Aunque yo no era habitual a la comida chatarra, no tenía exactamente la dieta más saludable, rara vez, si alguna vez, comía verduras. Así que hice un propósito de Año Nuevo de 2009: que iba a tratar el popular "Blue Print", limpiar durante cuatro días (sólo consumo de frutas y hortalizas), a después, corté todos los productos de origen animal de mi dieta por los siguientes tres meses.

Mi esposo británico no estaba dispuesto a renunciar a la carne, pero estaba muy a favor de mi decisión (porque lo que cocino él lo come). Hice guisos rellenos de garbanzos, tomates y el seitán (gluten de trigo). Yo uso la cebollas asadas, brócoli en ajo, pimientos y otras verduras. Hago deliciosos embutidos veganos, con la col rizada y polenta. Yo amé esa comida y los resultados que obtuve. Los tres meses pasaron, y nunca miré hacia atrás.

El beneficio: estaba de vuelta en mi antiguo peso de 120 libras antes de mi que dieta vegana de tres meses terminara y me he mantenido estable en las 115 libras por dos años y medio. Antes, yo era una cocinera terrible, pero los vegetales son mucho más tolerantes que las carnes, así que ahora estoy más confiada en la cocina. La mejor parte es como me siento: Ahora que mis comidas consisten en alimentos nutritivos, que luzcan bien y saludables a su alrededor.




5 may 2011

La ONU propone el vegetarianismo gradual o abstenerse a las consecuencias del desastre global

La ONU recomienda reducir el consumo de carne para luchar contra el cambio climático.

LONDRES.- Abstenerse de comer carne al menos un día a la semana puede ser personal eficaz para combatir el cambio climático. Ésta es la recomendación que acaba de proponer el doctor Rajendra Pachauri, presidente del Panel de Expertos del Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC), y ganador del Premio Nobel de la Paz en 2007 junto al exvicepresidente de EEUU, Al Gore.

En declaraciones que publicó ayer el dominical británico The Observer,Pachauri explica que reducir el consumo de carne puede contribuir a la lucha contra el calentamiento global porque la crianza de ganado provoca emisiones de gases de efecto invernadero (post recomendable para entender la dimensión del problema), deforestación y otros problemas ambientales.

Pachauri, que acaba de ser reelegido como presidente del panel del cambio climático de la ONU para un segundo mandato de seis años,considera que resulta más fácil cambiar los hábitos alimenticios que los de transporte, dado el fuerte apego al coche particular.

Por esa razón, el doctor Pachauri, que es vegetariano, recomienda«renunciar a la carne durante un día a la semana, inicialmente, y después ir reduciendo a partir de ahí». A su juicio, ésta es la opción «más atractiva» para que cualquier individuo pueda contribuir con carácter inmediato a la reducción de emisiones.

La FAO, la agencia de la ONU para la agricultura y la alimentación, estima que la producción de carne es responsable de casi una quinta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Eso se debe tanto a la producción de piensos para el ganado como al hecho de que los rumiantes, particularmente las vacas, emiten metano,que es 23 veces más perjudicial que el CO2 como agente del calentamiento global. Además, la agencia alimentaria ha advertido que para mitades de este siglo, se calcula que el consumo de carne se duplicará.

Fuente: El país de España.

Pero... ¿y tú por qué comes animales?

«Comer Carne», obra de Safran Foer que ahora llega a España, se convierte en referencia de debate al reflexionar sobre el «precio pagado por el medio ambiente, el Tercer Mundo y los animales» por nuestra alimentación carnívora

P. ALCALÁ / MADRID. ABC.Ya que la humanidad no se hacía esa pregunta, Jonathan Safran Foer, (Washington D.C., 1977) decidió hacérsela el mismo día en que se convirtió en padre, por saber si a su hijo convenía o no alimentarse con carne de animales.
Desde entonces, y tras plasmarlo en «Comer carne» (Seix Barral, 2011), ha removido las carnívoras conciencias de Estados Unidos, Italia, Francia o Alemania, ahora viene a por las nuestras.
Pero... ¿y tú por qué comes animales?
Una vaca en la línea de despiede de un matadero español

Lo cierto es que Safran (que responde a tus preguntas este lunes en ABC) la está montando en media Europa con su reflexión sobre nuestra necesidad de consumir carne. Precisamente basándose en eso: en si es tradición, necesidad, costumbre o nada de lo anterior.

El trabajo de Safran no parte de una conclusión sino que, a través de la reflexión, la investigación y la crítica llega a la «espeluznante verdad sobre el precio pagado por el medio ambiente, el Tercer Mundo y los animales para que podamos tener carne en nuestras mesas».

Pocas conciencias quedan inmunes a su recorrido gastronómico-social y que ha provocado, en palabras de la crítica, «un debate fascinante» (CBS News), basado en su «aguda capacidad de entretener y provocar simultáneamente» (Good Magazine) con su «formidablemente documentado, feroz y a la vez admirablemente lúcido» (The Times) libro.

Y en la calle (en esta calle universal en que se ha transformado Twittere internet), «Comer carne» se ha convertido en la biblia del vegetarianismo y Safran en su profeta. Safran no es un desconocido. Ya había saboreado las mieles del éxito en «Todo Está Iluminado»(2002) y «Tan Cerca, Tan Fuerte» (2005), pero ha sorprendido a propios y extraños con el abordaje «Fascinante, adictivo, sincero y justo, con un humor sorprendente» de un libro publicado «por la mejor razón de todas: como todos los escritores honestos, lo escribió porque no podía no escribirlo», dice Paste Magazine.

El debate está servido. Como hace años que no lo estaba, esta vez viene calentito, documentado y sin concesiones a tópicos o a sentimentalismos gratuitos desbaratables por todo carnívoro en brega con un vegetariano.

Y tú, ¿por qué comes carne?... Un debate apasionante que el propio autor quiere compartir con los lectores de ABC ¿te animas?