Por Marcos Castro
Por ir contra el tópico, os diremos que aunque Jonathan Safran es vegetariano puede presumir de cierta barriguita. En Estados Unidos sus novelas se han despachado por cientos de miles, en Europa se le ha conocido por un ensayo, a lo Michael Moore o "Super Size Me", pero con mayores dosis de contención, sobre los nocivos efectos de atiborrarnos de carne para el planeta, para los animales y para nosotros mismos: "Comer animales" (Seix Barral). Hay más de 430 razones en el libro que las que alude el título, pero éste es su abultado número de páginas, 70 de ellas hacen referencia a la documentación revisada. Además hizo un gira a lo Madonna, pero por granjas y mataderos de su país para ver cómo era el trato a sus habitantes. No pretende imponer el vegetarianismo, al que él llego durante la investigación, sino que tomemos conciencia de que la cantidad de carne que ingerimos es excesiva. En su receta para recuperar el equilibrio global bastaría con que restringir el consumo a un par de veces por semana. ¿Impensable en un país enamorado del cerdo como España?
Os aportamos algunos de los motivos más contundentes que aporta este tocho anticárnico.
1. El número de antibióticos que consumen los animales de granja al año es siete veces superior al de los humanos, al menos en EE UU, y la mayor parte no se emplea para uso terapeútico.
2. El 98% de la carne que se consume en su país es origen industrial, en Alemania el 96%", en España no estamos demasiado por debajo de estas cifras.
4. "Hemos dejado que las granjas industriales reemplacen la esencia de las granjas por las mismas razones que nuestras culturas han relegado a las minorías a ciudadanos de segunda clase y han mantenido a las mujeres bajo el poder de los hombres. Tratamos así a los animales porque podemos y queremos hacerlo".
5. ¿Y cómo los tratamos? Valga este ejemplo de uno de los mayores productores porcinos,no apto para los que se tapan varias veces los ojos en el transcurso del Telediario: "Se grabó a empleados lanzando, apaleando y pataleando cerdos y los depellejaban mientras estaban inconscientes. Algunos apagaban cigarrillos en sus cuerpos, los apaleaban con rastrillos, también aplicaban descargas eléctricas a los oídos y a los morros y los arrojaban a los fosos de estiércol para que se ahogaran". En el principal proveedor de KFC, se descubrió que los empleados, de manera regular, arrancaban las cabezas a las aves cuando estaban plenamente conscientes y orinaban en las zonas comunes, incluida la cinta trasportadora.
6. ¿Y el pescado? "Las seis fuentes de sufrimiento del salmón de piscifactoría son: 1) un agua tan turbia que les dificulta la respiración. 2) tal cantidad de animales em el agua que éstos empiezan a tener actitudes caníbales. 3) una manipulación del entorno tan invasiva que al cabo de un día empiezan a advertirse rasgos fisiológicos de estrés". 4) Molestias de los trabajadores y otros animales. 5) Deficiencias nutricionales que debilitan el sistema inmunitario. 6) La incapacidad de establecer una jerarquía social estable, lo que resulta en más canibalismo.
7. "200 dólares no es una hipótesis, no es un número imaginario; es lo que verdaderamente cuesta una hamburguesa". Y la factura no la paga ni McDonalds, ni Burguer King, sino todos nosotros.
8. Debes dejarlo, especialmente, si eres norteamericano, porque si representáramos al mundo en una mesa global a la que se sentaran nueve comensales en función de su población: dos serían chinos, otro par indios, otro que concentraría Asia del Norte, del Sur y Central, la sexta representaría al Sudeste Asiático y Oceanía, la séptima al África subsahariana, la octava al resto de África y Oriente Próximo y la novena a Europa. Estados Unidos no tendría derecho a medio asiento; sin embargo si el criterio fuera la cantidad de comida ingerida necesitaría entre dos y tres.
Que te aproveche el próximo solomillo.
Comer animales | ||||
De Jonathan Safran. Editorial Seix Barral. Ensayo. 430 páginas. |