AN Venezuela
10 de Marzo del 2008, 10:32 hrs.
Haciendo caso omiso a los reclamos y denuncias a las que ha sido sometido, Nelson Méndez está utilizando mamíferos en peligro de extinción para la elaboración de: “platos basados en carnes de animales salvajes como monos, serpientes, tapires, acures, picures, jabalíes, báquiros, lapas y dantas, y por si fuera poco, este profesional del arte culinario forma parte de un negocio altamente criticado y vetado por la comunidad internacional, la crianza de patos reales para la producción del cruel foie-gras
El Chef venezolano Nelson Méndez, instructor del Centro Venezolano de Capacitación Gastronómica, lleva más de un año realizando un proyecto de cocina amazónica, que por ahora se limita a demostraciones para foros o encuentros pero que ha manifestado su intención de abrir un restaurante que brinde platos al estilo YANOMAMI (etnia indígena del estado Amazonas) en la ciudad de Caracas, labor que no ha podido realizar debido a que según él, todavía está tratando de superar obstáculos logísticos tales como recoger suficientes “ingredientes” en la lejana selva para sus platos.
El mencionado Chef ejecutivo del Biarritz Bistrot, un restaurante más bien de tendencia clásica francesa, ofrece degustaciones de su cocina indígena en eventos en diferentes hoteles. En el menú incluye CHUPETAS DE ARAÑA MONA, "encevichao" de PAVÓN al limón y mandarina con crujiente de BACHACO CULÓN, cuajado de VALENTÓN (un pez del Orinoco) y su platillo más exótico MONO ARAGUATO ASADO.
El tráfico de monos araguatos y arañas monas está prohibido según las leyes venezolanas. Y por otro lado. el pavón y el valentón son peces propios de nuestros ríos fronterizos y están protegidos por la guardería ambiental porque son especies en peligro de extinción.
La biodiversidad del Amazonas es única en el mundo. Es por ello que se resalta la necesidad imperante de un centro de rescate y rehabilitación y/ o albergue de estas especies y no el aupar traficarlos y sacrificarlos sólo para el deleite de un paladar exótico, que más allá de su gusto es por esnobismo y no representa la dieta propia del venezolano citadino.
Los venezolanos pueden aprender muchas cosas de la cultura yanomami, en especial el vivir en armonía con su ambiente, que respetan la naturaleza, que no producen basura, que no contaminan y que son autosuficientes, incluso según sus costumbres, antes de comer un animal, en un ritual se le pide permiso a sus dioses por quitar la vida de un ser vivo.
Se ha abierto una petición en línea para solicitar a la ministra del ambiente de Venezuela su inmediata intervención en este caso.
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